martes, 22 de abril de 2008

Insonorizar un tabique medianero

¿Por qué insonorizar un tabique? Si estás leyendo esto, es que no te queda otra salida, ¿verdad? ¿Tienes un bebé llorón al otro lado? ¿Un salón en el que hacen fiestas con frecuencia? ¿Una pareja demasiado "fogosa" por las noches? ¿Has hablado con el vecino ruidoso y no quiere hacer nada al respecto? Sea como fuere, quieres dormir tranquilo, como yo en su día, y aquí te cuento cómo lo conseguí.



Lo primero es dejar claro una cosa: insonorizar un tabique medianero no solucionará totalmente el problema, pero si que conseguirás disminuir considerablemente el volumen del ruido que entra en tu casa. ¿Por qué no se soluciona del todo? Muy simple, porque además del tabique, también se comparte techo y suelo, e incluso otras paredes con el vecino.



Dicho esto, al lío. En nuestro caso la idea era poner un trasdosado que entrará en el hueco que dejaba la moldura, por lo que no podíamos irnos a un grosor muy grande. Así decidimos poner 2cm de aislante y 1,3cm de cartón-yeso. Estos serían los pasos para llevarlo a cabo:


Lo primero es quitar el rodapié y las cajas de los enchufes e interruptores. En nuestro caso esto nos vino bien, ya que los interruptores estaban demasiado bajos e inicialmente quedaban ocultos bajo el cabecero de la cama.



Una vez quitados, usaremos unas clemas para alargar los cables (tened en cuenta que hay que sumarle los 2 cm del aislante, más otros 1,3 cm del cartón-yeso, más el sobrante necesario para trabajar con comodidad. No hace falta decir que corteis la luz antes de hacer estas operaciones... Y usad cables de diferentes colores, no como yo, que no tenía otro a mano y tuve que marcarlos...







Ahora viene la parte sencilla: pegar el aislante. Optamos por comprar Copopren, el mejor aislante acústico que nos recomendaron. En Leroy Merlín lo tienen, en este caso el de 2cm (suelos), ya que nos dijeron que era mejor que el de 4cm (usado para paredes), debido a que este último tiene menos densidad, y por tanto es menos eficiente.







La idea es pegar el copopren a la pared, y sobre éste pegar el cartón-yeso. ¿Y eso no se me caerá en la cabeza cuando esté durmiendo -pregunté-? Ni de coña, me dijeron. Y efectivamente, la resistencia es muy alta, en cuanto lo pegas, ya no lo mueves...







Para proceder al pegado necesitamos un pegamento sin disolventes, ya que de otra forma podría dañar el copopren. No se extiende nada bien porque es muy pegajoso, pero de eso se trata, ¿no?



Según vamos pegando el Copopren, vamos sacando los cables de los enchufes e interruptores, y comprobamos que funcionan, no vayamos a tener algún problema con esto y luego sea tarde...














Ahora tenemos que dejarlo bonito, para lo cual utilicé planchas de cartón-yeso de 2600 x 1200 x 13 mm. Además, el taparlo con esto no sólo es por estética, sino porque para que el aislamiento funcione correctamente se necesita un sistema de masa-resorte-masa, es decir, un material rígido (tabique original), uno con propiedades de muelle (copopren) y otro rígido (el cartón-yeso). Podeis buscar información sobre esto en google, es lo que los expertos recomiendan.







Bien, pues seguimos, echamos pegamento en ambas superficies y a pegar. Debido al gran tamaño de estas planchas, esta tarea es un poco engorrosa, así que os recomiendo que os ayude alguien. Y recordar una cosa, una vez pegada es muy muy dificil moverla, así que procurad colocarla bien antes de fijarla con golpecitos.







No hay que olvidarse de sacar los cables. Con un destornillador o un punzón se agujerean las planchas sin problemas.

Finalmente utilizamos pasta para tapar juntas de pladur, y listo para pintar.







Pero vaya por Dios, después de poner la pasta resulta que... se seguía oyendo!! Manda huevos, claramente se oía más lejos, pero no lo suficiente. Teníamos un problema, porque si poníamos otra capa nos íbamos a comer la moldura del techo. Haciéndo pruebas vimos que podríamos apañarlo sin quitarla, así que... ooooootra capa!



Esta vez decidimos hacer la estructura con guías metálicas, ya que la idea era que si no se solucionaba, quitaríamos esta última capa y no perderíamos más espacio en la habitación. Compramos un rollo de junta de neopreno, para poner entre la pared y la estructura rígida, evitando así los puentes acústicos.







Poco a poco fuí atornillando la estructura al cartón-yeso y rellenando los huecos con Copopren. Es más coñazo que pegarlo diréctamente y además es fácil que queden huecos...










Colocamos los enchufes e interruptores en su ubicación definitiva...









Y ya casi está...









Ahora volvemos a colocar nuevas planchas de cartón-yeso, recortando donde sea necesario (en nuestro caso, lo más puñetero fué adaptarlas a la moldura).









Necesitaremos tornillos especiales para esta tarea, no valen los normales, o nos cargaremos la rosca.







Medimos bien los huecos para los enchufes...







Echamos la pasta de juntas y lijamos bien, para que no se note luego al pintar. Para mi esto fué lo más dificil de toda la obra, y además no me salió bien (que le vamos a hacer, es la primera vez que hacía esto, la próxima saldrá mejor...).







Y finalmente pintamos y colocamos los muebles.










Y si a pesar de todo no ha quedado claro, también he subido un video de todo el proceso a youtube:







Y ahora qué, ¿se oye o no? Pues todavía un poco, pero tan lejos que ya no molesta. Probablemente el sonido se siga colando por el techo y paredes adyacentes, pero merece la pena, ahora podemos volver a dormir sin problemas.


Esto no sería necesario si todos tuviéramos vecinos civilizados, pero por desgracia es algo que no sucede muy a menudo. Espero haber ayudado con este pequeño tutorial, para cualquier duda podeis enviar vuestros comentarios a este blog. Igualmente si habeis hecho algo parecido y quereis compartir vuestras experiencias con el resto de lectores, seguro que todos lo agradeceremos.